Mi viaje a China

Alegrías, sensaciones, aventuras, desventuras, obstáculos y vivencias de un viaje por China

viernes, 21 de septiembre de 2007

Alegrías, sensaciones, aventuras, desventuras, obstáculos y vivencias de un viaje por China






Después de un laaaargo viaje vía Moscú, llegamos a Hong Kong sin maleta, porque nuestros porteadores aéreos se las habían dejado en Moscú. Uno siempre piensa al facturarlas en el lugar de partida “¿llegarán?”, pues no, no siempre llegan, así que allí estaba yo, una muda limpia (la de emergencia), mi cámara y yo... y Xevi, mi compañero de viaje en peores circunstancias (él no tenía ni muda de recambio). Nos dirigimos al barrio de Koowlon en un bus nocturno (eran las 3 de la mañana), sin saber muy bien qué hacer así que nos dejamos guiar por Joan (un chaval catalán que vive actualemente en China) que iba en esa dirección. Pensando sobre el camino decidimos marcharnos inmediatamente de Hong Kong para poder dar una dirección donde nos enviaran nuestros enseres, sin tener que pasar dos días allí, queríamos reservar Hong Kong para el final del viaje.

Después de unas cuantas horas de espera cogimos un tren hacia Guangzhou y allí un bus hacia Yangshou, donde conocimos a un chico que nos llevó a la guesthouse de su amigo. Viajamos durante casi tres días sin parar, cosa que deja sin fuerzas ni ganas de nada al más feliz de los mortales. Ahora tocaba pelearse por teléfono con los del aeropuerto de Hong Kong para que nos enviaran nuestras maletas. Me costó dos días más, nervios, penas y rabietas conseguir que nos las enviaran al aeropuerto de Guilin, donde dos días después tuvimos que ir a buscarlas, estando de viaje casi nada funciona como debería.

La comunicación con los lugareños era muy, muy, muy difícil, cosa que empeoraba considerablemente cuando ésta debía ser telefónica… entre el cansancio, el mal humor y el calor (todavía no habíamos comenzado a aclimatarnos), mi fuerza física y mental estaba al límite. Esto añadido a una cuestión personal que rondaba en mi cabeza me hacía estar incómoda, con pocas ganas de estar allí y me creaba la sensación de haber llegado tarde, unos veinte años tarde para ver la china de verdad, la rural y comunista...

Yangshou, me pareció una ciudad demasiado turística, llena de tiendas de souvenirs, un buen lugar donde gastar dinero y no obtener nada de “sus gentes”, pero por otro lado está rodeada de unas montañas deliciosas de piedra caliza, como un sueño, el paisaje es realmente hermoso.

Hicimos un paseo en barquito en un entorno paradisíaco, algo bueno teníamos que hacer, ¿no? Además de nosotros había un grupo de adolescentes chinas, divertidísimas, que no dejaban pasar un instante sin inmortalizar, eso sí, siempre ellas de protagonistas en las instantáneas, con esos gestos de victoria y otras versiones expresados con las manos que tanto les gusta a los habitantes de aquella zona del planeta. El pueblo cercano al trozo del río Li por el que navegamos no era demasiado grande, la gente era más rural, sencilla y amable, aunque el contacto con ellos seguía resultando difícil.

Dejamos Yangshou para ir a Longsheng donde estuvimos un par de días. Longsheng es otra ciudad sin mucho encanto de por sí, un poco gris, indefinida como tantas otras ciudades en China. La gran atracción de la zona era una excursión de un día a Ping’an y sus alrededores. Allí están las típicas terrazas de arroz, el espinazo del diablo como le llaman.


El paseíto se prolongó durante 7 horas (3 de las cuales me las pasé intentando esquivar a las lugareñas, que con mucho empeño intentan venderte cualquier cosa y sacar unos yuans a cambio de que se suelten su larga melena y se peinen para ti y así hacerles fotos, una autentica PESADILLA, todavía retumba el “loooooooooong haaaaaaaaaair” en mi cabeza). El primer pueblo es Ping’an, un lugar muy pintoresco, con casitas de madera todas siguiendo la misma línea. Después llegamos a otra aldea, parecida a Ping’an pero en la que no había ni un solo turista, más tranquila y auténtica. Captábamos todo cuanto podíamos con nuestras cámaras (tanto mi compañero de viaje como yo somos fotógrafos y este viaje tenía una intención sobretodo fotográfica).

A pesar de lo interesante de lo visto hasta entonces yo no acababa de sentirme cómoda en aquel país.

Pasando los días China me empezaba a sonreír a medida que nos acercábamos y adentrábamos en la provincia del Yunnan, gracias a recorridos interminables de tren, el paisaje iba cambiando y yo empezaba a hacer una valoración mucho mas positiva de la hecha hasta ahora. En Yunnan buscábamos las tribus minoritarias, zonas más rurales y con menos influencia capitalista y ese aire de anclado en el pasado que tanto me fascina; la posibilidad de viajar en el espacio y en el tiempo.

En el tren conocemos a Montse y Andreu, una pareja de catalanes con los que coincidiremos los dos próximos días.

Dimos con nuestros huesos en Dali, que fue nuestra primera ciudad en esta provincia y que casi se convierte en nuestro refugio personal.





La arquitectura aquí es muy curiosa, casi todas las casas son parecidas y siguen una misma línea, con tejados arquedados, patios centrales y llenas de preciosos detalles.




Al llegar allí llovía, durante la típica búsqueda de una guesthouse a buen precio se nos acercó una señora de mediana edad, vestida a medias con el atuendo típico bai ofreciéndonos dormir en su casa a cambio de un poco de dinero, nosotros encantados la seguimos, pero la señora no nos llevaba a su casa, sinó a otra donde otra señora comerciaba marihuana!! La situación era de las surrealita, con lo que nos pegamos unas risas y salimos de allí emprendiendo de nuevo la búsqueda. A lo largo de los días estas señoras no paraban de acercársenos ofreciéndonos hierba de la risa, con lo que las bautizamos “mamá ganja”. Finalmente nos separamos para que uno se quede con las mochilas y encontramos la Sandalwood, un sitio donde nos tratan bastante bien y nos sentimos como en casa. Todo el edificio es de madera, con aire antiguo, muy tradicional y sencillo, el único problema es que a menudo no hay agua caliente… nada puede ser perfecto.

Al día siguiente rodeamos el lago Erhai Hu, que tiene 120 kilómetros de perímetro y está rodeado de pequeños pueblos, donde habita la minoría étnica bai que son de lo mas pintoresco (o al menos esa impresión tuve, era la primera que veíamos). Las señoras iban vestidas con su traje tradicional muy colorido y los señores con la muy común en la China rural chaqueta azul de cuello mao y su gorrita a juego.

Encontramos un par de mercados que parecía del siglo pasado, donde la gente resultó amable y sonriente, y se prestaban a las fotos de mil amores (casi todos). Visitamos aldeas y templos, casas particulares para poder alimentar nuestra curiosidad hacia cómo vivían aquellas gentes, puertos de pescadores, arrozales... y nosotros venga hacer fotos a todo lo que se nos ponía por delante.

Al día siguiente hicimos una excursión a caballo por la montaña, para llegar a un templo que hay sobre una montaña en Dali, una vez allí paseo hasta la cascada.

Como en aquella zona hay más minorías étnicas, dedicamos otro día para visitar los pueblos de los alrededores, donde encontramos Yi, que son musulmanes, de nuevo las señoras son mucho más vistosas, con unos trajes precisos, consistentes en una camisa, un chaleco, pantalones, delantal y un gorro/pañuelo muy especial en el pelo, todo ello con unos bordados impresionantes que hacen ellas mismas. Allí nos invitaron en una casa a tomar té, donde además acaban disfrazándome con su atuendo, aquí nos marcamos otras risas.

La gastronomía china es muy especial, no tiene nada que ver con lo que c
omemos en los restaurantes chinos en España. A mí me resultaba un poco difícil puesto que soy alérgica al chile y allí casi todo es picante. En Dali encontramos la solución a nuestro problema, se llama dumplings y son una especie de empanadillas, hechas al vapor, rellenas de verdura o carne, realmente deliciosa, nos hicimos asiduos a ellas.



Aquí empecé a estar mucho más contenta, esa era la cara de China que yo esperaba ver cuando soñaba con este viaje. Además, como ya he dicho antes Dali se convirtió un poco en nuestro refugio, en un lugar donde nos encontrábamos como en casa, todo me era como muy cercano, conocimos a otra gente que viajaba por el país, Dali nos trató bien.

Dejamos Dali y partimos hacia Shixan, un pueblito declarado patrimonio de la Unesco que queda un tanto perdido del mundo, con una arquitectura preciosa, unas gentes amables y un ambiente tranquilo y relajado, todo lo contrario a muchos lugares de China, donde hay muuuuuuuucha gente por todos lados. Por el camino paramos en un pueblo donde había piscinas de agua caliente natural, llovía, hacía frío y no apetecía demasiado meterse en el agua, pero fue increíble el contraste entre el calor que desprendía el agua, el frescor del ambiente y gotas de agua fría que nos caían, realmente reconfortante.

También visitamos un templo que hay en las mont
añas de Shibao, en el que hay figuras esculpidas en la misma roca, y curiosas formaciones rocosas que parecen de piel de elefante. Para llegar allí tuvimos que subir una larga caminata de escalones. Allí pudimos ver monos shibao.





Llegamos a Lijian, que es una ciudad con un centro antiguo que es como de mentira, pero de verdad. Precioso, muy pintoresco, pero con una gran pega... es súper turístico, y esta lleno de tiendas, bares para turistas, restaurantes…. Es una lástima que haya tanta gente y bullicio, principalmente turismo interior Chino, pero no veas como van… aprovechan para ponerse ciegos de alcohol.

Tengo que admitir que en algunos momentos los chinos me resultaban ruidosos y un poco difíciles, aunque acabé tomándoles cariño (siempre me pasa cuando estoy lejos de casa.



Allí pudimos contemplar la gran estatua de Mao Tse Dong, y la gran devoción que los chinos sienten hacia su persona .


Lijian tiene un parque precioso, el de la imagen que todos podéis imaginar al pensar en un parque chino, como el
monzón nos acompañaba y llovía a mares, nos refugiamos en un templo, con unos monjes que resultaron ser de lo más atípicos, y que me cuidaron especialmente. El parque también alberga una muestra y una escuela de la cultura ancestral dongba.

Puesto que Lijian resultó un poco demasiado estresante para mi cuerpo y cabecita, decidimos volver a Dali. Al llegar allí los chicos del Sandalwoodk, la guesthouse donde dormimos la primera vez, nos recibieron con grandes sonrisas, fue un gran alivio después del estrés de Lijian, un poco como esa sensación de llegar a casa. Tiene algunos localitos de aire tipo alternativo, ese toque tan lejos de casa me encantó, así que hasta salimos de noche a tomar unas copas. Merecido descanso.

Alquilamos unas bicis y nos recorrimos los alrededores de Dali, y las cercanías del lago fue mágico; la gente fuera de los puntos mas turísticos es mucho mas calida y sonriente, como mucho mas relajados. Nos metimos en algunos templos donde había ancianos y ancianas bai.... fue sido delicioso, nos invitaban a helados, té, y algunas cosas que ni siquiera soy capaz de describir.... muy divertido. Nos acogieron realmente bien. También hicimos un pequeño viajecito en barca por el lago Erhai Hu, con un pescador simpatiquísimo, que después nos invitó a ir a su casa, conocimos a su familia, nos invitaron a tomar el té, a comer (que siempre tenía que rechazar a causa de mi alergia al picante) y nos pegamos unas risas al ver como nos observaban, porque para conversaciones no daba la cosa...

Ya que estábamos en un país con gran tradición con la medicina alternativa y terapias naturales, aprovechamos para hacernos un masaje.... uuuuuffffffff uno de los mejores de mi vida en serio, casi me mata pero nos dejó nuevos....que manos los chinos, que además en este caso eran sordomudos.

El viaje de vuelta a Hong Kong se alargó un día más de la cuenta (por si dos días ya no fueran suficientes) por culpa de la disponibilidad de los trenes, no tuvimos en cuenta que muchos chinos del país también viajan (y como son tantos...jajajaja), así que tuvimos que hacer una parada de un día en Kunming.

Aprovechamos el día para ver la ciudad, no dio tiempo más que a visitar un templo y un paseo general, ya que la lluvia nos acompañó todo el día. El viaje fue muy largo.

Llegamos Hong Kong casi de noche, con 24 horas de disponibilidad, así que nos limitamos a patear un poco sus laberínticas calles, ver el skyline de noche
(es impresionante como algo hecho por el hombre puede impresionar casi más que la naturaleza misma.... es realmente increíble, todo ese amasijo de rascacielos, elegantemente iluminados, enorme.... te deja unos instantes sin respiración, en serio). Hong Kong me pareció una ciudad hormiguero,
ambién es la primera ciudad de estas características que visito, con bloques taaaan altos. Al día siguiente un poco más de ciudad, por el puerto, y el barrio de Kowloon, con sus miles de carteles publicitarios luminosos y ya... el tiempo y el viaje se acabó.


Xevi, gràcies per aquests moments meravellosos compartits.

6 comentarios:

A las 22 de septiembre de 2007, 13:47 , Blogger xevi ha dicho...

nineta! al llegir això me emocionat, i no només per fer-me recordar les vivències, sinó perquè tot i els entrebancs del viatge i els personals vas aconseguir interioritzar aquell enorme país. I no pensis que no m'ho imaginava quan mirava les teves fotos, però al veure-ho escrit m'ho a reafirmat.
gracies a tu també per compartir amb mi petits moments, bons i dolents, que van esdevenir grans.
petonARROS i FIDEUS!!!!

 
A las 12 de marzo de 2008, 22:22 , Blogger Armando Luigi ha dicho...

qué gusto encontrar que hemos coincidido en tantos lugares. intenté publicar un comentario en tu otro blog, que parece más actualizado. te decia que tus amigos tienen razón, que si esas son las fotos malas, joder, cómo serán las buenas. me gusta el experimento de revisitar los lugares en china y la india a través de otro lente de cámara, de otras palabras.

 
A las 18 de enero de 2013, 2:02 , Blogger Conociendo un planeta mejor ha dicho...

que guay una pregunta, se necesita un visado para transito en rusia para ir a china? gracias

 
A las 4 de agosto de 2013, 6:56 , Blogger XDANIZENX ha dicho...

QUE GENIAL TU VIAJE! pienso volver a China a la provincia de Yunnan, seguro haciendo base en Kunming...de regreso por Hong Kong...

 
A las 9 de junio de 2015, 21:38 , Anonymous viajes a india ha dicho...

Que grande China , me guesta viajar a china mucho , el pais e antasstico .

 
A las 29 de octubre de 2015, 12:35 , Anonymous Anónimo ha dicho...

El viaje me parece fantastico y la zona maravillosa, yo voy hacia alli en noviembre, lo mas extresante del viaje eres tu, por lo demas flipante.

 

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